sábado, 28 de julio de 2007

POR MÁS QUE LA CASSINI




Como un pájaro de acero, la vida,
el espacio ése donde las cosas ocurren,
padece el síndrome sin cura,
de la voracidad incontenible......y succiona, y digiere
el cien por cien del porcentaje
del encaje de bolillos
que sorprendió las manos, al nacer.

Por más que la Cassini
amplíe el angular de la pupila y la vivencia se dilate,
siempre existirá un petroglifo al fondo del segmento
que, ningún servidor de internet,
pueda simultanear, el instante posterior
al deshielo aquel que, guste o no, fue la firma.

......y duele el bit, aún siendo de silicio
Del Libro; "ALPINISTA"

sábado, 21 de julio de 2007

EL CEDRO ESTA TARDE



Posando ternura detrás de la tormenta, hoy,
al mediodía,
te cerré los párpados.

Isoeléctrico ya
el reino del descanso para ti,
tenue el roce de ese gesto
diciendo adiós a la tibia palidez
que te afilaba el rostro.
El último electrodo retirando la esperanza,
despierta la guarida que engulle los suspiros.

Tomé la decisión por ti
y di la orden
a la quietud
para que pudiera la rutina continuar
sobre el talco decorado de un diálogo
que vulnera el calendario a su albedrío.

Carece de diques la censura de la muerte
cuando el estertor de la sombra
acampa el ónix escalpelo
que al vacío rasga.

Itinerario en almoneda,
el ácimo regreso al punto de partida
de mi voz, sin ti,
para la declaración de hacienda ante notario.

........Aún
transparente la cianosis en tus uñas,
mi retina rasgando el disco duro,
mientras rubrico tu dolencia
guardando el cristalino de tus ojos
en el penúltimo cajón, abajo, a la derecha,
de ese archivo
que nunca más se abre.

Yaciste
el arquitectónico espacio del desguace,
según la grafía de mi adentro
recorría,
pauta tantas veces lanza,
un crepúsculo más
de la larguísima penumbra. Sin duda,
el cedro, esta tarde,
destilará ramas en la arena.



sábado, 14 de julio de 2007

BALUARTE CONCEPTUAL



Un libro entre las manos
y no tenemos la vida, porque
es más amplia la mañana
que el baluarte conceptual de la pirámide.

Se clava sin embargo, el relente de las letras,
como sabiendo su destino
de cápsulas de tiempo........Esa dosis cuántica
inmune a las barreras.

Insólito
el encender edades a golpe de bolígrafo
como ascensor ecuatorial de coordenadas.

Continúa creciendo ese número mistérico
de “n” dimensiones
en el que se afanan los druidas. Y es,
a ese microcosmos de la conciencia colectiva,
al que se dirige la taquigrafía simbólica
como cancha sobre la cual
gravitar el friso
en el que converge el álgebra
donde enlazan simultáneos,
lo efímero y trascendente.

Del Libro: "INSTANTE"

domingo, 8 de julio de 2007

POR LA HUELLA DEL GAUBE





Macizo del VIGNEMALE. 3298 m. Vertiente norte. Final del valle del Gaube.
Reserva de la biosfera. Hautes Pyrénées. France.





Había perdido el corazón
en un torrente de continuos desvaríos, un sin saber
caminando por la oscura senda de la incertidumbre,
atravesando sin brújula parajes devastados,
recorriendo los desiertos en zig-zag . . . Había perdido el corazón
que yacía en un presente anémico,
aterido y devorado por los pseudópodos de la desolación,
con el futurible inconcluso decapitado por agotamiento.

A pesar de haberlo intentado,
a pesar de haberse alistado en la guerra contra los espectros,
extraviado en medio de la inconsciencia, ahí estaba
la ruina de lo que fue, vencido y desangrado
el sentimiento, en el declive final del abandono . . .
alcanzado por la bala póstuma del fractal de la traiciones.

Sí, te había irreversiblemente perdido,
corazón. Extinguido tu último aliento . . .
Estaba dispuesta ya a recogerte
y envolverte en un sudario, a despedirme de ti,
cuando los pedazos del rompecabezas
fueron encontrándose, sedimentando el poso,
en el lugar aquel
a donde el fragor de la contienda te llevó. Hasta
ese remanso crucial, esa artesa glacial
donde la solidez se respira
flanqueada por inmensas moles de roca incombustible.
Donde la ingente sensación de coherencia
extiende su manto como balsa de aceite y
con imponente y radical coraje
determina el ingrediente principal de la reconstrucción.

Poco a poco
el espíritu de la liberación fue filtrándose
haciendo inventario de los jirones esparcidos.
Con la precisión y la firmeza del tiempo geológico,
fuiste resucitando de la mano dinámica
del duende de la altura. Fueron
demoliéndose los fantasmas interiores y
desbloqueando el impasse, apareciste,
en medio de la síntesis de tus señas de identidad perdidas.

No necesité ya que doblaran las campanas
y siguiendo la estela del agua de la vida,
esa cascada surgida de la fusión de los heleros,
escuché tu voz inconfundible, reconociéndote sin dudar.

Te encontré corazón mío, te encontré. Te encontré
como nunca, en medio de la terraza de la solemnidad,
poseído por la fuerza indestructible de la integral de la piedra,
ese vínculo constante en la héjira del porvenir . . .Y
como en la tierra prometida ya, como
en la catedral de la serenidad, te encontré
en silencio, feliz, embriagado por el hechizo del conocimiento,
inserto al fin en tu ecosistema.
Del libro "En el confín de los secretos"