viernes, 29 de febrero de 2008

LOS ESTIGMAS DE LAS FLORES



Donde la nívea palabra de la roca,
concita a examen, el ciclo de la vida,
pasamos verticales, zurciendo el alma
con firmeza .............Desde este hayedo,
(tránsito apacible para el ser),
mientras acoge la niebla en su misterio, la agonía,
respiro la gasa que me envuelve,
calmando la tensión, tras la debacle...Mágicas sus voces,
acarician
en polvo de besos, la piel gastada en mil batallas.
Es entonces, cuando la serena celosía de la tundra,
cual delineante universal,
incita travesías trasnochando, en un coito de alba a la retina.
Y, llueven horizontes irisados,
en un a pesar, la toma de conciencia,
del juego de abalorios, que impregna vaporoso,
el reguero de tinta de la luz..........aunque se oculte.

..... Allí, en un rincón apartado de la estancia,
el ecosistema simbiótico a mi juicio,
inaugura los estigmas de las flores,
en desnudo vocablo al interior.

diseño de cintura, para un armisticio inteligente
con el infinito alzarse de la hierba,
partiendo, del grafo agotado del pronombre

domingo, 24 de febrero de 2008

OLVIDO SUTIL



Apenas alejar el ecuménico destino
una brizna de segundo, como añadiendo a la conciencia
un efímero balón de oxígeno.....Y, la tarde, llega.

Camino hacia el finisterre de mi vida
como tú, como todos, gastando el hálito secreto
en incansable rompeolas.
Continuo hacerse y deshacerse de la espuma,
mientras queda el poema en evidencia.

Cualquier mochila es un estorbo
en este deslizarse
por el raíl finito que nos toca. ¿Qué sentido el equipaje
si es oxidación el ser
hasta el desmembrarse en cada esquina, las moléculas?

Una voz, una canción, espejea el horizonte,
acabando en un deje de latido
en esa red sin nombre, de la atmósfera.

.......Arpegio virtual del aire,
cual partitura en sepia, condenada al mutismo,
sin retorno.
.............Si alguna humedad dejamos,
es ese vaivén del agua, como substrato acuoso
de vocación errante.

Olvido sutil, cada crepúsculo,
en premisa vinculada
al novicio peldaño del será.

martes, 19 de febrero de 2008

ALQUILER DE INSTANTES



Enreda la locura sentimientos,
abriendo puertas inconclusas
como llamada, a la subjetividad del raciocinio.
Pero, celofán es, de inteligencia
en una campana de vacío. Camina la hiel su propia ruta
como juez autárquico a la endogamia. Mientras, placebos rotos son,
los alquileres del instante. Y es fraude inoculado
en nuestra adicción a lo ilusorio. Observado desde fuera,
colecta de carcasas, para una oración muda,
este universo virtual que nos define. ¿Qué impulso llevará
a un diseño inconsistente,
cuando la física demuestra, la relación de fuerzas de un sistema?

Será ese disléxico ingrediente, en espín irreductible,
que, ni el susurro de la tinta,
aun sabiéndose vencido, abdica, en aras del silencio.

Podríamos decir adiós a nuestro mundo,
aceptando por fin la soledad,
que, en su desnudez intrínseca, sarcófago es,
de todas formas.

sábado, 16 de febrero de 2008

MERCURIO REINCIDENTE



Debería la memoria naufragar,
como naufraga el texto
en los huesos de un sumerio evaporado.
Hay aspectos del caos que se salen del sistema,
y, es la ausencia, constante a beber mientras se vive.
Consustancial es el dolor, al intelecto,
cual condena que custodia realidades. Y no se puede
invocar la síntesis, como lecho a dormir las inquietudes.

Como la mar, devuelve la sombra, el eco,
de la membrana más impermeable
que, con las manos, hayamos construido.
¡Ay, conjunción astral, dictando tus propios teoremas!
Taladras la conciencia sin pudor,
haciendo de la muerte, ansiada crepitud.....Acaso,
la inmolación, vianda sea, a vomitar,
incluso, en su sentencia de vagar errante, y el alma en duermevela,
premonición, de un siempre infierno.

Si al nacer, escoger fuera factible,
camuflaje en un rebaño de papiros
adornando cualquier cripta.
Alivio, entonces, el pulmón, de tanta travesía. Pero es mercurio,
gota a gota, este suspirar profundo,
en un sin fin reincidente. No sirve desear la electrolisis,
para que la fisión se haga presente
y puedan despegar el vuelo, las rapaces.

DIADEMA ABIERTA



Tan sólo, la estrategia vital del entenderse,
como fluir del agua en el arroyo. Algo así,
aliado en los suburbios
que enseñan la calcita en las geodas,
siquiera interrogante en contraluz, a la aventura del pie,
infectado de trofismo.......Se contrae la noche,
volatilizando idiomas,
cuando el árbol de decisión de los segundos,
prende vuelo a Betelgeuse, y, es captura la ciudad del telescopio,
como diadema abierta, a la integral del horizonte.
Ruta descalza que crepita,
apurando los latidos y la acequia......Un sin saber,
en sincrética epopeya, de rendición y búsqueda.
Sin duda, pueden ser los espejismos, convergencia,
y epígrafe logístico, sobre el que tender los puentes.
Tan sólo, plantear bisagras
y dejar el oído, al reclamo de la aurora.
Más información en:

miércoles, 13 de febrero de 2008

LA PLEAMAR DEL SUBCONSCIENTE



Las manos al volante, de un idioma, pensaba, conocer.
Y....no es que sea nada equivalente, a uno de los típicos carteles,
por obras, de desvío, en aquel nuevo viaducto....No.
Es algo así, como el gradiente púrpura en la catarsis,
al somatizar el símbolo....Heliópolis a mis dedos,
este jeroglífico en código de piel, por las esquinas.

..... A veces, paso por los bosques, con el hálito en espera.
Paréntesis del intelecto, al encenderse todas las alarmas
en el panel de control del horizonte.

......... Sobrevuelan los vocablos
en un cristalizar de enebro......Y, no podré decirte nunca,
la fisión electrolítica, desmembrada ya la dermis.
Paradoja emocional, este aguijón envenenado de curare,
que, en la catalepsia, sin pudor, cohabita con el magma.

¡Tantas latitudes, el periplo junto al diesel,
y, ni siquiera es el motor, ni el plano que me dieron!
Fue un astrónomo en la quietud del telescopio,
quien demostró el pico del espectro
del diagrama aquél, de barras, engarzado a la textura
intrínseca a mi síntesis......Indiscutible ya,
el armónico tañido,
en el descalzo sendero de la vida. Infancia para mí, el dietario,
de la altísima sobredosis, que, en las Pléyades,
converge, más allá de cualquier beso.

..... Creía que sabía, y era sólo espuma
que el corazón pronunciaba al aprender. Ignoro
la fórmula secreta que grita tu apellido......Sólo sé
cómo es la almohada cuando sueño,
y, la inabarcable inmensidad del territorio
instalado detrás del parabrisas.....Detrás de los aromas
y del talco desmigado del pretexto.....Detrás de la arena
o de la trazabilidad del lúgano.........¡Ah, de tus ausencias,
germinando antítesis de olvido!.....Y, está
lúcido el vestíbulo que seduce muy despacio. Escucha:
es la pleamar del subconsciente.

miércoles, 6 de febrero de 2008

CAUTIVA ARQUEOLOGÍA



Sobre las sílabas mudas del otoño, se acuesta la nostalgia
que camina al borde de mis huellas,
según exhalan los minutos, aluvión en lisis, de desmayo.
Se enrosca cual serpiente, el gemido de la música,
mientras rasga el universo, las entrañas.
¿Por qué serán así los sellos de correos
cuando la lluvia deslustra direcciones?

...... Hay verjas que se instalan como espera
de cautiva arqueología. Traductores de aluminio
en retroalimentación amurallada
de aquel recinto, ¡ya tan lejos!, de cuando el instante,
era eso: instante.

Mas, los aligator, no son sólo de película,
y campan sus respetos, por la selva del idioma
como matemática función
que cumpla el ciclo del nitrógeno. Yo amaba los juncos
en las ganas de la sombra,
y aquellos armónicos isótopos, hermanos de horizonte.
Amaba la profundidad de los susurros
y el pórtico a la vértebra
capital del sentimiento....... Alguien
deshabilitó los códigos, y dejaron las teselas de encajar.
Ahora, es óxido el aliento,
que preña, la afásica cama de los árboles,
sucumbiendo el pulso,
hacia un alquitrán de pronombre cadavérico.

Llueve itrio cual sinopsis
en crecida quemazón de las suturas. Ya no es preciso el escalpelo
para dibujar autopsias....Pero, mis manos te conocen,
y, aun siendo Cartago, es latín, la travesía,
que guía a los geógrafos........¡Oh, rosa de los vientos!
¡Estrella Polar de mi epidermis, que aun
muerta y derrotada, continúas como púlsar,
tu estirpe agónica en el cosmos!

No es el dolor, ni la logística, la pesadilla especular de mi pupila,
lo que temo. Es la debilidad de materiales
de la sucinta celosía de mi nombre, y la abdicación
hacia el crepúsculo, de mi voluntad de no injerencia.

Quizá, funcione esta vez el lacre,
y dejen de existir palomas mensajeras.