lunes, 4 de junio de 2007

SUDÁN (Niños soldados)



No lloré
esa tarde
porque no tuve tiempo.

Otras sí.
Otras fueron ríos,
lágrimas salobres
torrentes
en el cliché imantado
de la voraz niebla.

No lloré esa tarde
mas, interiormente,
el alma se derretía
a la luz del conocimiento.

6 comentarios:

Sandra Garrido dijo...

PIlar, diste en el clavo con esos primeros versos, así es, cada segundo pasa una desgracia, una barbaridad, un acto inumano, y MIENTRAS TANTO, la vida coninúa su veloz ignorancia.

Está bien, que nos hagas mirar hacái ese lado que existe y pesa.

Un abrazo
Sandra

Néstor Morris dijo...

Pilar


...cuántas veces se nos "derrite" el alma entre silencios y sombras...?
Gracias a Dios existe la poesía y quienes la escriben, como tú.
Un abrazo.

Pilar Iglesias de la Torre dijo...

Tampoco tú, Sandra, te alejaste mucho de la llaga..............es ese mientras tanto el quid de la cuestión

.........y, continúan muriendo tantos hombres!!

un besazo.......Pilar

Pilar Iglesias de la Torre dijo...

muchas, Néstor....muchas

pero, como tú muy bien dices, siempre está esa hemorragia de letras para cubrir la sombra

mi abrazo, siempre.....Pilar

Anónimo dijo...

ahí se denota y transcribe una reconocible y conplice palabra a favor del derrotado, contra la opulencia colonial, a favor del verso, la vida, lo justo.

ahí contigo siempre, PILAR.

Tu Viktor

Pilar Iglesias de la Torre dijo...

toda la vida he intentado contribuir a paliar el sufrimiento individual o colectivo con las manos, la ciencia, la técnica, la palabra

si lo he conseguido o no, será parte de la auditoría interna a realizar periódicamente

sé que otros sí lo hacen con eficacia............con ellos, contigo, entre todos...............Pilar