miércoles, 19 de diciembre de 2007

INTERJECCIÓN SIQUIERA



Nadie, el porqué, el cómo, el cuándo....Nadie,
y se adentra la noche, poco a poco,
reptando el silencio en sus rendijas.....Ahora, sin saber,
ciñe el suspiro, mi cintura,
mientras persiste el cosmos, buscando su perímetro.

No hubo punto de inflexión, sino, un sucederse,
la comprensión encriptada del acuífero,
sobre el dialéctico son del pentagrama.

..... Es el tiempo
de alfombrar la rebeldía
con las agónicas manos de los árboles, y, sin embargo,
una voz, millas a distancia,
prende el eco dormido de la historia.

.......... Había visto ya,
el hendir los puntos suspensivos del lenguaje,
aun en su limitada potencia como léxico. Pero,
creí clausurado el diccionario
en el que se mueve el idioma que conozco.

Nada en apariencia, quietud, allá, a lo lejos.
Campo a través, sobre el azul
de la inalámbrica red del infinito. Y
se estremece el leptón más recóndito del alma
cual corpúsculo núbil de una estrella,
ante al beso táctil de lo etéreo.

......... ¡Tantas arrugas
la respiración oxidando las elipses! ¡Tantas ecuaciones,
e ignoro
la inmensa sencillez de la existencia,
en su sincrético cohesionar en armonía,
materia y antimateria, por los siglos!

..... Sorpréndeme, de todas formas,
el erizarse de la piel
con el gesto átono del sueño, al desmigarse.
Más cierto, el relámpago,
ortogonal al cofre deslustrado en los eones,
injertado sin querer,
en la saliva caníbal de tu música.....Nadie.....y,
sin embargo, ¿cómo decir
la pleamar del subconsciente
en el ingrávido perjurio del sudor?....Interjección siquiera
aunque haya el alba de morirse

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