domingo, 29 de abril de 2007

TANQUES








Entre bosques de hilos enlazados y de robles
y matas de espino y
de retama
asomó el carro acorazado aplastando las orugas
los brotes que el eneldo construía
sobre el mar polvoriento de la tierra.

Apenas
el vestíbulo del estío despuntaba
madurando los vientres de las flores
y ya el metal pesado, inconmovible y lento
masacraba sin permiso
adelantando el ruido
sobre el silencio asustado de los pájaros.

Eran maniobras que el hombre preparaba
en la defensa de sí mismo, eran
bosquejos de muerte
enhebrados en una espiral de violencia
clavada
en el eje volcánico del mundo.

Se me quedaron los ojos prensados
en el panel vacío de la impotencia y
al terminar el reguero de hierro independiente
de sembrar espectros a caballo,
vi el futuro en un jinete que de oscuro
reinaba en el trono de las sombras, y vi
calaveras plantadas en hilera
con una oración de sonrisa permanente
sobre la boca negra y la mandíbula, y campos yermos
bordados de huellas paralelas, esqueletos de surcos
horadados con rosarios de pies de acero inoxidable,
engarzados bajo tanques de ojos sin mirada
y cabezas achatadas y voces sin sentido
con lenguas de fuego y escarlata.

4 comentarios:

Iris dijo...

hola Pïlar, que gusto encontrar tu blog, vengo de poesía pura.

bién por la denuncia

un abrazo,
Iris

antonietta valentina bustamante dijo...

Me impactan estas letras, muy buen poema. Testigo de caminos de polvora y muerte...

Un abrazo Pilar.

Pilar Iglesias de la Torre dijo...

hola Iris, es una alegría ver a los amigos y difrutar con ellos de la poesía

entre todos, con nuestro granito de arena, conseguiremos frenar conductas absurdas que sólo llevan a la destrucción

un besazo,
Pilar

Pilar Iglesias de la Torre dijo...

hola Antonietta,

siento tu cmotivo comentario como un apoyo más al grito universal por detener esos caminos de pólvora que nombras

un fuerte abrazo, querida amiga,
Pilar