miércoles, 14 de marzo de 2012
NIÑO SOLDADO
La Tierra, 2012
Fue Sauron quien me raptó
aprovechando la penumbra
llevándome al país de Mordor
cuando todavía ignoraba su existencia. Nada pude hacer, nada
mientras borraban el disco duro de mi mente
y los Nazgûl incitaban mi iniciación
en el círculo viscoso de la sangre. ¿Quién iba a pensar, quién
ese horizonte mudo
del ya masacrado pen drive de la cordura? Da igual
los husos horarios del planeta:
pertenezco a la especie de los zombies
cuya estructura emocional, laminada fue
en aras de la maquinaria de la muerte. Cada segundo
un chute despiadado de ametralladora
o la sección transversal de una carótida. Ésas son las sobredosis
cincelando la frialdad de mis instantes. Ése,
el léxico idiomático de mi cosmogonía
al servicio de la mercadotecnia del poder opaco. Ni siquiera sé
que no tengo futurible, ni que soy, todos los niños sin infancia.
Replicante mutación ésta de mí mismo
cuando sólo quería jugar con el puzzle de la aurora
en el tiempo aquél, en el que aún tenía sueños
y las manos, me habían nacido apenas.
De mi libro: "Primera plana"
Pilar iglesias de la Torre
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