Las manos al volante, de un idioma, pensaba, conocer.
Y....no es que sea nada equivalente, a uno de los típicos carteles,
por obras, de desvío, en aquel nuevo viaducto....No.
Es algo así, como el gradiente púrpura en la catarsis,
al somatizar el símbolo....Heliópolis a mis dedos,
este jeroglífico en código de piel, por las esquinas.
..... A veces, paso por los bosques, con el hálito en espera.
Paréntesis del intelecto, al encenderse todas las alarmas
en el panel de control del horizonte.
......... Sobrevuelan los vocablos
en un cristalizar de enebro......Y, no podré decirte nunca,
la fisión electrolítica, desmembrada ya la dermis.
Paradoja emocional, este aguijón envenenado de curare,
que, en la catalepsia, sin pudor, cohabita con el magma.
¡Tantas latitudes, el periplo junto al diesel,
y, ni siquiera es el motor, ni el plano que me dieron!
Fue un astrónomo en la quietud del telescopio,
quien demostró el pico del espectro
del diagrama aquél, de barras, engarzado a la textura
intrínseca a mi síntesis......Indiscutible ya,
el armónico tañido,
en el descalzo sendero de la vida. Infancia para mí, el dietario,
de la altísima sobredosis, que, en las Pléyades,
converge, más allá de cualquier beso.
..... Creía que sabía, y era sólo espuma
que el corazón pronunciaba al aprender. Ignoro
la fórmula secreta que grita tu apellido......Sólo sé
cómo es la almohada cuando sueño,
y, la inabarcable inmensidad del territorio
instalado detrás del parabrisas.....Detrás de los aromas
y del talco desmigado del pretexto.....Detrás de la arena
o de la trazabilidad del lúgano.........¡Ah, de tus ausencias,
germinando antítesis de olvido!.....Y, está
lúcido el vestíbulo que seduce muy despacio. Escucha:
es la pleamar del subconsciente.
Y....no es que sea nada equivalente, a uno de los típicos carteles,
por obras, de desvío, en aquel nuevo viaducto....No.
Es algo así, como el gradiente púrpura en la catarsis,
al somatizar el símbolo....Heliópolis a mis dedos,
este jeroglífico en código de piel, por las esquinas.
..... A veces, paso por los bosques, con el hálito en espera.
Paréntesis del intelecto, al encenderse todas las alarmas
en el panel de control del horizonte.
......... Sobrevuelan los vocablos
en un cristalizar de enebro......Y, no podré decirte nunca,
la fisión electrolítica, desmembrada ya la dermis.
Paradoja emocional, este aguijón envenenado de curare,
que, en la catalepsia, sin pudor, cohabita con el magma.
¡Tantas latitudes, el periplo junto al diesel,
y, ni siquiera es el motor, ni el plano que me dieron!
Fue un astrónomo en la quietud del telescopio,
quien demostró el pico del espectro
del diagrama aquél, de barras, engarzado a la textura
intrínseca a mi síntesis......Indiscutible ya,
el armónico tañido,
en el descalzo sendero de la vida. Infancia para mí, el dietario,
de la altísima sobredosis, que, en las Pléyades,
converge, más allá de cualquier beso.
..... Creía que sabía, y era sólo espuma
que el corazón pronunciaba al aprender. Ignoro
la fórmula secreta que grita tu apellido......Sólo sé
cómo es la almohada cuando sueño,
y, la inabarcable inmensidad del territorio
instalado detrás del parabrisas.....Detrás de los aromas
y del talco desmigado del pretexto.....Detrás de la arena
o de la trazabilidad del lúgano.........¡Ah, de tus ausencias,
germinando antítesis de olvido!.....Y, está
lúcido el vestíbulo que seduce muy despacio. Escucha:
es la pleamar del subconsciente.
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