Donde la nívea palabra de la roca,
concita a examen, el ciclo de la vida,
pasamos verticales, zurciendo el alma
con firmeza .............Desde este hayedo,
(tránsito apacible para el ser),
mientras acoge la niebla en su misterio, la agonía,
respiro la gasa que me envuelve,
calmando la tensión, tras la debacle...Mágicas sus voces,
acarician
en polvo de besos, la piel gastada en mil batallas.
Es entonces, cuando la serena celosía de la tundra,
cual delineante universal,
incita travesías trasnochando, en un coito de alba a la retina.
Y, llueven horizontes irisados,
en un a pesar, la toma de conciencia,
del juego de abalorios, que impregna vaporoso,
el reguero de tinta de la luz..........aunque se oculte.
..... Allí, en un rincón apartado de la estancia,
el ecosistema simbiótico a mi juicio,
inaugura los estigmas de las flores,
en desnudo vocablo al interior.
diseño de cintura, para un armisticio inteligente
con el infinito alzarse de la hierba,
partiendo, del grafo agotado del pronombre
concita a examen, el ciclo de la vida,
pasamos verticales, zurciendo el alma
con firmeza .............Desde este hayedo,
(tránsito apacible para el ser),
mientras acoge la niebla en su misterio, la agonía,
respiro la gasa que me envuelve,
calmando la tensión, tras la debacle...Mágicas sus voces,
acarician
en polvo de besos, la piel gastada en mil batallas.
Es entonces, cuando la serena celosía de la tundra,
cual delineante universal,
incita travesías trasnochando, en un coito de alba a la retina.
Y, llueven horizontes irisados,
en un a pesar, la toma de conciencia,
del juego de abalorios, que impregna vaporoso,
el reguero de tinta de la luz..........aunque se oculte.
..... Allí, en un rincón apartado de la estancia,
el ecosistema simbiótico a mi juicio,
inaugura los estigmas de las flores,
en desnudo vocablo al interior.
diseño de cintura, para un armisticio inteligente
con el infinito alzarse de la hierba,
partiendo, del grafo agotado del pronombre
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