Que no te diga nadie, que no te diga
tu propio corazón
que no dijiste
aquello que te morías por decir
tu propio corazón
que no dijiste
aquello que te morías por decir
y hubo llegado el tiempo
en el que la muerte llamó a la puerta.........Que no te diga nadie
ni dejes terminar los crepúsculos
sin haber acariciado las anémonas
o abierto los cofres del misterio.........Mañana
aun no existe
en el que la muerte llamó a la puerta.........Que no te diga nadie
ni dejes terminar los crepúsculos
sin haber acariciado las anémonas
o abierto los cofres del misterio.........Mañana
aun no existe
y, otro día, se fue del calendario.......no dejes
estos campos baldíos,
estos campos baldíos,
o la vendimia a medio terminar, que
las uvas de hoy
solo sudan zumo en el momento.
las uvas de hoy
solo sudan zumo en el momento.
Después,
puede ya ser tarde,
puede ya ser tarde,
y quedar con las manos vacías,
ser una constante.
ser una constante.
..... No des la espalda
a tus poemas
ni dejes en blanco
lo profundo de tu mente..........que no te diga nadie,
que no te diga
que dejaste de visitar la explanada
a tus poemas
ni dejes en blanco
lo profundo de tu mente..........que no te diga nadie,
que no te diga
que dejaste de visitar la explanada
y aquel camino que se adentraba en el bosque,
que no te diga el corazón
que huiste de él
o le dejaste.
que no te diga el corazón
que huiste de él
o le dejaste.
De mi libro: "HISTORIA CLÍNICA"
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