Sobre las sílabas mudas del otoño, se acuesta la nostalgia
que camina al borde de mis huellas,
según exhalan los minutos, aluvión en lisis, de desmayo.
Se enrosca cual serpiente, el gemido de la música,
mientras rasga el universo, las entrañas.
¿Por qué serán así los sellos de correos
cuando la lluvia deslustra direcciones?
...... Hay verjas que se instalan como espera
de cautiva arqueología. Traductores de aluminio
en retroalimentación amurallada
de aquel recinto, ¡ya tan lejos!, de cuando el instante,
era eso: instante.
Mas, los aligator, no son sólo de película,
y campan sus respetos, por la selva del idioma
como matemática función
que cumpla el ciclo del nitrógeno. Yo amaba los juncos
en las ganas de la sombra,
y aquellos armónicos isótopos, hermanos de horizonte.
Amaba la profundidad de los susurros
y el pórtico a la vértebra
capital del sentimiento....... Alguien
deshabilitó los códigos, y dejaron las teselas de encajar.
Ahora, es óxido el aliento,
que preña, la afásica cama de los árboles,
sucumbiendo el pulso,
hacia un alquitrán de pronombre cadavérico.
Llueve itrio cual sinopsis
en crecida quemazón de las suturas. Ya no es preciso el escalpelo
para dibujar autopsias....Pero, mis manos te conocen,
y, aun siendo Cartago, es latín, la travesía,
que guía a los geógrafos........¡Oh, rosa de los vientos!
¡Estrella Polar de mi epidermis, que aun
muerta y derrotada, continúas como púlsar,
tu estirpe agónica en el cosmos!
No es el dolor, ni la logística, la pesadilla especular de mi pupila,
lo que temo. Es la debilidad de materiales
de la sucinta celosía de mi nombre, y la abdicación
hacia el crepúsculo, de mi voluntad de no injerencia.
Quizá, funcione esta vez el lacre,
y dejen de existir palomas mensajeras.
que camina al borde de mis huellas,
según exhalan los minutos, aluvión en lisis, de desmayo.
Se enrosca cual serpiente, el gemido de la música,
mientras rasga el universo, las entrañas.
¿Por qué serán así los sellos de correos
cuando la lluvia deslustra direcciones?
...... Hay verjas que se instalan como espera
de cautiva arqueología. Traductores de aluminio
en retroalimentación amurallada
de aquel recinto, ¡ya tan lejos!, de cuando el instante,
era eso: instante.
Mas, los aligator, no son sólo de película,
y campan sus respetos, por la selva del idioma
como matemática función
que cumpla el ciclo del nitrógeno. Yo amaba los juncos
en las ganas de la sombra,
y aquellos armónicos isótopos, hermanos de horizonte.
Amaba la profundidad de los susurros
y el pórtico a la vértebra
capital del sentimiento....... Alguien
deshabilitó los códigos, y dejaron las teselas de encajar.
Ahora, es óxido el aliento,
que preña, la afásica cama de los árboles,
sucumbiendo el pulso,
hacia un alquitrán de pronombre cadavérico.
Llueve itrio cual sinopsis
en crecida quemazón de las suturas. Ya no es preciso el escalpelo
para dibujar autopsias....Pero, mis manos te conocen,
y, aun siendo Cartago, es latín, la travesía,
que guía a los geógrafos........¡Oh, rosa de los vientos!
¡Estrella Polar de mi epidermis, que aun
muerta y derrotada, continúas como púlsar,
tu estirpe agónica en el cosmos!
No es el dolor, ni la logística, la pesadilla especular de mi pupila,
lo que temo. Es la debilidad de materiales
de la sucinta celosía de mi nombre, y la abdicación
hacia el crepúsculo, de mi voluntad de no injerencia.
Quizá, funcione esta vez el lacre,
y dejen de existir palomas mensajeras.
2 comentarios:
Tienes algo en mi blog para ti, porque si, porque aunque ahora nuestros camios sean muy dispares, en su momento fue asi.
Un abrazo
nunca podrán estar separados nuestros caminos, querida Sandra, por mucho que hagan km nuestros pies....ésa es la realidad....curiosa realidad que surge sólo entre determinadas estructuras mentales
un beso, mi benjamina........Pilar
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